el destino, el azar y la suerte

El destino llama a la noche vacío oscuro, el azar que es parte de esta casualidad arremolina los ecos ásperos del sueño que atropelladamente trata de separarnos de la magia para devolvernos en los brazos de Morfeo, este último es tan atractivo que solo durmiendo aparece lo que andamos buscando a ciegas.  A esto le llamamos suerte.

La belleza no tiene rostro solo musculatura para soportar el camino sin retorno de la vida.

El destino que podría ser un dentista ejerciendo de bombero viene al comentario de un estómago con tanto dulce que para que te quiero si va matando co ácido por menos de nada. Los dientes junto con las muelas representan la familia al completo, en mi caso todos están muertos desde tiempo inmemorial. Mi madre por suerte vive felizmente. Son detalles de una noche que rompió a llover por la tarde joven, el campo respira humedad,  frescura sin estrellas en el cielo, solo la oscuridad nos hace cómplices de un robo de la humanidad en tiempo presente.

No se, si me secuestra la madrugada con sus secuaces el cansancio el fresco y la locura voluntariosa, o por el contrario yo me llevo el silencio solo rasgado por las teclas caprichosas de unos dedos entumecidos y poco atrevidos. Eh!!

El destino llama a la puerta de la noche que se alargaimg_20190219_130907.jpg como una flecha en el aire, que en cualquier momento puede llegar a la diana o solo perderse en el aire, en el agua, o entre las malas hierbas. Izar no llora por suerte.

Este es el destino de lo incierto, vago, magnifico y dadivoso,  es el momento más apropiado, para estar sola, una veleta al igual que la lluvia que se embravece dejándonos una buena sinfonía.

Mañana que estamos en hoy, un san lunes día 16 de septiembre cumpleaños de Luisiana. Me alegra saber que estoy despierta todavía, pues si por mi fuera cara de niña abuelada no me iría a dormir ni ahora ni nunca, pero, solo son palabras huecas y faltos de sentido común.

Comúnmente esta no soy yo. Pero ahora te quiero llevar conmigo a ver de buena tinta a las estrellas gloriosas, constelaciones, la inmensidad gravidica, no nos detiene en el sueño, solo caemos en los fabulosos brazos de morfeo un autentico felino, cazador de la noche, nos lleva por lugares delirantes, con pasadizos sinuosos, herrumbre y baños a babor que a estribor el rojo nos hace ser más íntimos por hoy.

~ por Gerba en 16 septiembre, 2019.

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